El desembolso económico con el primer hijo es mucho mayor que con los sucesivos, sobretodo si no se tiene familiares cercanos o amigos que nos puedan prestar cosas. Normalmente el mayor gasto con el nacimiento del primer hijo se va en el carricoche y la cuna, después está otro gasto importante, la ropa. La moda infantil para el primogénito haya que comprarla toda, desde los bodies, pijamas, pollaínas, chaquetas, jerseys, etc. El equipamiento del primer hijo suele ser, además de un gasto importante, un quebradero de cabeza para los padres, a quiénes todo el mundo aconseja y cómo se suele decir les ponen la cabeza como un bombo.
Generalmente con el primer hijo se producen errores de previsión y se suele pensar que necesitan muchas más cosas de las que en realidad van a usar. Todas estas cosas se subsanan con el sergundo hijo. Normalmente el carricoche suele ser regalado por los abuelos, amigos, o en caso de que los padfres profesen la religión católica por los padrinos de la criatura. Otro regalo que se suele hacer al primogénito es una esclava de oro con el nombre, portachupetes de plata y chupetes y cadenas personalizados; también los primeros cubiertos de plata. Mirar este vestido de niña Moodstreet que mono es.
En caso de que se regale la cuna normalmente con ella se suele regalar un par de juegos por lo menos de sábanas con motivos infatiles y el cobertor o nórdico a juego con la chinchonera. En algunos casos los abuelos regalan la habitación al primer nieto y se suele escoger camas nido con un colchón debajo para dar cabida a un posible hermano. Con los nuevos tiempos se han puesto de moda otros regalos como robots de cocina para hacer la comida de los bebés o algo tan raro como analizadores de llanto. Todas estas cosas son necesarias comentarlas con los padres, pues quizas no les gusten nada las esclavas o los chupetes y cubiertos de plata; o no deseen el cochecito o la cuna. Desde mi experiencia el robot de cocina es un regalo inútil si se destina sólo a cocinar cokida de bebé. Preguntando a los padres nos ahorraremos gastar el dinero en cosas que luego los padres no van a usar y evitaremos el momento tan tenso de dar un regalo que no gusta. Aplicar el sentido común también vendrá bien a la hora de comprar los regalos, pues hay cosas que de por sí se demuestran claramente innecesarias. Por ejemplo si estamos en primavera no regalar moda infantil de primavera no moda infantil de invierno.