Las fiestas de cumpleaños infantiles actuales son muy diferentes y los regalos que reciben los niños también. Hoy en día, es muy común regalar moda infantil, los niños parece que crecieran más rápido, ya que la edad a la que nosotros solíamos pedir ropa era sobre los 12 años, ahora a partir de los 3 ya se empiezan a interesar por la ropa, sobretodo empujados por las series de televisión de dibujos animados o las de adolescentes americanos que suelen ser sus preferidas. Dependiendo de la edad hay muchas cosas para regalar. Si el niño tiene 1 año se le puede regalar algún juguete de preescolar, carruseles, peluches, moldes de construcción.
A medida que aumenta la edad aumenta la oferta en juguetes. Hemos de tener cuidado porque aunque las casas jugueteras ponen una edad orientativa muchas veces a esa edad es rebajada para ampliar la franja de posibles compradores, así nos encontramos con consolas portátiles que claramente podemos ver que son para niños más mayores con una franja de edad a partir de 3 años. Los libros han sido relegados al segundo puesto debido al auge de la electrónica, pero siempre es bueno incluir entre los regalos un libro en formato papel, pues aunque ahora están muy de moda los ebooks, los niños es interesante que aprendan en formato papel.
También se debe incluir en los regalos algún juego para jugar al aire libre, facilitando así el hecho de hacer ejercicio. Es curioso que cuando celebras un cumpleaños infantil te encuentras con que casi todo el mundo regala juguetes, olvidandose los juguetes educativos. Un regalo trdicional que a mi me encanta es un puzzle, en el mercado los hay de muchísimos modelos y piezas, circulares, etc. osea que siempre encontraremos un puzzles para cada edad.
Yo, personalmente, dejaría como último recurso los videojuegos, me parece que en la actualidad se les está dando un lugar que no les corresponde, la mayoría de los padres regalan la primera consola portátil a los hijos con la esperanza de que los dejen un poco libres cuando están tomando un café o comiendo fuera pero es un arma de doble filo ya que los niños suelen pasar demasiado tiempo delante de ellas.