Cleopatra era una beauty blogger. Ok, ese dato no lo saqué de una fuente histórica directa. Tampoco he estudiado suficiente de egiptología, pero lo que si sé es que Cleopatra es un ejemplo de belleza anacrónica. No importa cuánto tiempo pase, siempre vamos a descubrir nuevas formas de inspirarnos por su estilo e historia (aunque no intentes enrollarte en una alfombra para que te acarreen al lecho de tu amado, solo funcionó una vez y fue antes de cristo).
Cleopatra era fan del DIY antes de los blogs y revistas. Conocía de química ancestral y con eso le bastaba para saber que untar miel sobre su piel ayudaba porque tenía propiedades anti-bacteriales. Además lavaba su cara varias veces al día con aceites esenciales, talco y cítricos.
La arqueología nos ha revelado además que exfoliaba su piel periódicamente con sal de mar, y cuidaba sus cicatrices con agua de rosas.
Sobre sus baños en leche añadía sal de mar, aceites esenciales y flores aromáticas. La mezcla de leche y aceite de oliva la usaba además para humectar su piel. Se preocupaba de masticar semillas para no tener mal aliento.
Para cuidar su lustroso pelo negro, utilizaba aceite de oliva. Y para mantenerlo de ese color utilizaba tintura de henna o una mezcla de berries. Con la henna también se pintaba las uñas, que las dejaba con un sutil tono rosado.
Personaje histórico e ícono de la belleza femenina, los múltiples ritos a los que solo una reina semi-diosa egipcia podían acceder, hoy están a nuestro alcance. Así que no podemos sentirnos menos que realeza cuando nos ponemos aceites en el pelo y humectantes en la piel.
¿Cuál es su tip favorito de Cleopatra? ¡Déjalo en los comentarios!