Conocer tu tipo de piel es una cuestión tan evidente como importante. El hecho de conocer tu tipo de piel te ayudará a elegir la crema que mejor se adapte a tu naturaleza. Aunque existen muchas clasificaciones, recogemos la más general y en el que mayor número de mujeres pueden entrar sin crear confusiones entre unos tipos de piel y otros.
Piel seca:
– A menudo sientes la piel tirante, sobre todo después de ducharte.
– Es propensa a despellejarse y escamarse.
– Puede parecer más vieja y apagada.
Piel sensible:
– Tienes reacción a la mayoría de productos del cuidado de la piel, y se te irrita frecuentemente.
– Tendencia a enrojecerse o irritarse cuando tienes mucho calor o tomas el sol.
– Reacciones ante ciertas fragancias o comidas pudiendo salir sarpullidos o sentir picores.
Piel normal:
– La textura de la piel es regular.
– Piel sin granitos, rojeces o imperfecciones.
– Parece suave y sana.
Piel grasa:
– Se ve grasa y brillante, especialmente en la zona T (frente, nariz y barbilla).
– Tendencia a presentar poros abiertos, granitos, puntos negros y rojeces.
– La textura se ve irregular y puede parecer sucia.
Piel mixta:
– La piel tiene una mezcla de dos o más de los tipos de piel que hemos visto antes.
– Las zonas con grasa están en la zona T, frente, nariz y barbilla.
– Las zonas secas suelen ser las mejillas y a veces el cuello.