Todas las mujeres tenemos un enemigo en común. Algunas (como yo) experimentamos una guerra diaria en su contra, otras libran una que otra batalla ocasional. ¿Quién es este hostil contrincante? La zona T. Aquella área de nuestro rostro que involucra frente, nariz y mentón que, por tener una mayor cantidad de glándulas sebáceas, produce mayor grasa y brillo. ¿Quién podrá defendernos ante tamaña problemática? Los polvos traslúcidos.
Si bien la cosmética se han encargado de ‘controlar’ la actividad de la zona T desde varios frentes: productos de limpieza, primers que matifican la piel y bases que ayudan a controlar el brillo, pero para tener la certeza de que tu maquillaje luzca sin brillos, los polvos traslúcidos son la respuesta.
Nuevas fórmulas más suaves e invisibles nos hacen la tarea tanto más amigable y con un efecto que promete mantenerse intacto durante todo el día.
Para tener buenos resultados, realiza tu rutina de siempre. Primero aplica una crema hidratante (ojalá con protección SPF), un primer para minimizar poros (el Porefessional de Benefit es una excelente opción), una base de maquillaje para pieles mixtas o grasas (puedes intentar con esta de Clinique que tiene un acabado supernatural) y finaliza aplicando los polvos traslúcidos en la zona T con la ayuda de una brocha.
Procura espolvorear sutilmente de manera que pasen inadvertidos. Acarrea tus polvos traslúcidos en tu cartera y no temas en utilizarlos durante el día para mantener el maquillaje bajo control.