La ropa de los niños en los últimos tiempos se ha llenado de colorido. Colores que eran impensables hace unos años ahora son habituales.
Cuando los niños son bebés tradicionalmente se les vestía de azul si era niño y rosa si era niña, hoy esa costumbre se ha dejado un poco de lado en pos de colores unisex como el beige o el marrón.
Los colores naranja, amarillo, verde claro, oscuro pisan con fuerza en la moda infantil, se ve en los desfiles de las principales firmas. Son colores alegres y deshinibidos.
A su vez las mezclas de colores son cada vez más versátiles, facilitando así la vida a los padres que no tienen que perder tiempo a la hora de combinar la ropa de sus hijos. Antes era necesario que los niños fueran perfectamente conjuntados de la cabeza a los pies, hoy en cambio se admiten muchas combinaciones. Recuerdo que de pequeña mi madre me decía “naranja con verde muerde”, hoy en día el naranja y el verde se combinan sin ningún problema.
Es tal la combinación de colores que muchas veces se ven tejidos de cuadros y estampados muy originales. He de confesar que las camisas de cuadros a juego con un pantalón de color sólido me gustan mucho para los niños. Para las niñas se siguen llevando los vestidos estampados pero con mucho menos nido de abeja y hasta edades más tempranas, hoy en día se hace raro ver a una niña de 10 años vestida con vestido. Antes, en cambio era normal.
Como toda la moda, la infantil también ha ido sufriendo sus cambios adquiriendo toques y líneas muy desenfadadas que la hacen muy adecuada para los niños que siempre están corriendo de acá para allá y necesitan ropa cómoda al igual que los padres.