Los bebés recién nacidos lloran frecuentemente para comunicar que necesitan alguna atención. Si eres madre primeriza no debes preocuparte porque conocer el llanto de tu bebé es algo que aprenderás poco a poco. Mientras tanto, hay muchas formas para darte cuenta qué es lo que le ocurre a tu pequeño y que puedas aliviarlo enseguida.
Mamá, el primer paso para aliviar el llanto de tu bebé es descartar las posibles causas como hambre, sueño, calor, frío o cambio de pañal. Si estas causas han sido descartadas y tu pequeño sigue llorando, entonces presta atención a los siguientes consejos para calmarlo:
- Envuelve a tu bebé en una manta, cuida que sus brazos y piernas se encuentren bien tapados. Así, tu bebé poco a poco dejará de llorar y se calmará.
- Échate en la cama y acuesta a tu bebé en tu pecho, si es posible piel con piel para que sienta mayor relajación.
- Toma en los brazos a tu bebé, abrázalo y mécelo suavemente a un mismo compás. Este movimiento es similar al que sentía cuando se encontraba en tu vientre, flotando en el líquido amniótico por lo que los recién nacidos encuentran muy placentera esta sensación.
- El chupón es otra buena opción. Aunque el bebé no tenga hambre, lo ayudará a calmarse. No uses el chupón en las primeras semanas de vida de tu bebé para que esto no interfiera con la lactancia.
- Si tu bebé tuviera cólicos, es bueno que lo acuestes boca arriba y le des masajes suaves en la barriga hasta que el dolor desaparezca y también levanta levemente sus rodillas hacia su estómago de vez en cuando.
- Prueba con los “ruidos blancos” como el de la secadora o aspiradora que dicen que tiene un efecto tranquilizante en los bebés por ser semejante al ruido que escuchaban cuando están dentro del vientre materno.