A lo largo de nuestras vidas, una persona camina el equivalente a dar tres veces la vuelta a la tierra. Los pies soportan nuestro peso en todo momento, pero aún así no están en el top ten de nuestras preocupaciones. Excepto ahora, en verano, en que queremos lucirlos lo más bellos posible.
Generalmente recurrimos a las pedicures, pero no basta con tener las uñas lindas. La higiene diaria y la hidratación total de los pies es fundamental para que estén sanos.
1. Sumérgelos diariamente en agua tibia durante diez minutos y lávalos con un jabón refrescante. Si los sientes hinchados o cansados, añade al agua algunas gotitas de aceite de coco o del que tengas. Sécalos con mucho cuidado y hazlo muy bien entre los dedos.
2. Una vez a la semana realízales una exfoliación para eliminar las durezas, sobre todo las que aparecen en las plantas.
3. Preocúpate de hidrátarlos todos los días, antes de dormir, con una crema hidratante. Si están muy resecos, hazte una mascarilla y duerme con calcetines de algodón.
4. Ten siempre las uñas bien cortadas: los especialistas aconsejan hacerlo de forma recta para evitar que se encarnen. Con una lima redondeada –aquellas que son arqueadas para semejar la curvatura de la uña–, pule las esquinas para darles la forma final.
5. Lleva siempre parche curitas en tu cartera. Como en verano solemos andar sin calcentines, los bordes de los zapatos rompen la piel de los pies. El roce, además de generar heridas, genera manchas y durezas posteriores, así es que es mejor prevenir que curar.
6. Usa protector solar en la cima de los pies, para cuidar su piel y así evitarás que no queden las marcas de los zapatos.